El Papa Francisco ha anunciado que elevaría a 21 eclesiásticos al alto rango de cardenales, poniendo nuevamente su marca en el grupo que algún día elegirá a su sucesor después de su muerte o renuncia.
La ceremonia para instalarlos, conocida como consistorio, se llevará a cabo el 30 de septiembre, anunció Francisco, de 86 años, el domingo durante su oración del mediodía a los peregrinos y turistas en la Plaza de San Pedro.
Dieciocho de los eclesiásticos tienen menos de 80 años y podrían participar en un eventual cónclave para elegir al próximo Papa. Los otros tres, que tienen más de 80 años y son demasiado mayores para votar en el cónclave, fueron nombrados en agradecimiento por su largo servicio a la Iglesia.
Todos los cardenales, independientemente de su edad, pueden participar en reuniones previas al cónclave conocidas como Congregaciones Generales, lo que les permite opinar sobre el tipo de papa que creen que deberían elegir sus hermanos cardenales más jóvenes.
Te recomendamos leer: Frente Amplio por México se registra ante el INE
Los nuevos cardenales provienen de países como Estados Unidos, Italia, Argentina, Sudáfrica, España, Colombia, Sudán del Sur, Hong Kong, Polonia, Malasia, Tanzania y Portugal.
Tres de los nuevos cardenales fueron nombrados recientemente como jefes de los principales departamentos del Vaticano, incluido el arzobispo argentino Víctor Manuel Fernández, jefe del departamento doctrinal del Vaticano.
Otro nombramiento significativo fue el del obispo Stephen Chow Sau-Yan de Hong Kong. Chow es uno de los principales vínculos con la Iglesia Católica en la China comunista, donde el Vaticano está tratando de mejorar las condiciones de los católicos.
Durante décadas, el Vaticano y China han experimentado tensiones alternadas con la mejora de las relaciones por la insistencia de la nación dirigida por los comunistas de que tiene derecho a nombrar obispos y el encarcelamiento de sacerdotes que profesaron lealtad al Papa.
Los cardenales sirven como asesores del pontífice en asuntos de enseñanza y administración, incluidas las finanzas plagadas de escándalos del Vaticano. Pero su deber más crucial es reunirse en un cónclave secreto para elegir al próximo pontífice.
Francisco ha nombrado numerosos lotes de nuevos cardenales en su papado de 10 años. Eso significa que, cada vez más, los hombres que votarán por quien lo suceda, en caso de su renuncia o muerte, son eclesiásticos que apoyan sus valores, prioridades y perspectivas.