Xóchitl Gálvez, excandidata presidencial, llegó a la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) con una clara intención: buscar respuestas sobre la supuesta intervención de Andrés Manuel López Obrador en el reciente proceso electoral. Gálvez, conocida por su postura crítica hacia el gobierno actual, esperaba reunirse con los seis magistrados, pero se encontró con una situación que no solo la dejó insatisfecha, sino que también alimentó su sospecha de que algo más profundo estaba ocurriendo.
En lugar de una reunión completa con los magistrados, Gálvez fue recibida por la presidenta del TEPJF, Mónica Soto, y por el magistrado Reyes Rodríguez Mondragón. Sin embargo, su decepción fue evidente cuando se enteró de que Janine Otálora no pudo recibirla por motivos de salud, y que los otros magistrados no estaban disponibles. Fue en ese momento cuando Gálvez no dudó en expresar su preocupación ante los medios de comunicación: “Este Tribunal no está defendiendo los derechos de una candidata. Me parece que hay una sumisión a Palacio Nacional”.
Gálvez no solo criticó la falta de atención por parte del Tribunal, sino que también cuestionó la narrativa oficial sobre la transparencia de las elecciones. «No pedí la anulación. Lo que pedí es que se diga qué pasó. Ahora resulta que es la elección más transparente en la historia. ¿No va a quedar ninguna mancha al tigre? Porque eso lo están operando desde Palacio Nacional», afirmó Gálvez. Sus palabras reflejan una profunda desconfianza hacia el proceso y la preocupación de que las irregularidades denunciadas por la oposición no se estén tomando en serio.
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La sesión del Tribunal culminó con la desestimación de las quejas presentadas por los partidos PRD, MC y PAN. Según la Sala Superior, no se encontraron pruebas suficientes para anular ninguna de las casillas impugnadas en la elección presidencial en la que resultó ganadora Claudia Sheinbaum. Las reclamaciones, que incluían acusaciones de irregularidades en la integración de casillas y la recepción de votos, fueron consideradas infundadas por el Tribunal, lo que provocó aún más frustración en la oposición.
La decisión del TEPJF y las declaraciones de Gálvez han generado una nueva ola de controversia en la escena política mexicana. La oposición, representada por Gálvez y otros líderes, ha intensificado su discurso, acusando al gobierno de AMLO de manipular las instituciones para proteger sus intereses. Las implicaciones de este conflicto no solo afectan la percepción pública de la transparencia electoral, sino que también podrían influir en futuras acciones legales y políticas.
En conclusión, la visita de Xóchitl Gálvez al TEPJF y sus acusaciones de sumisión de los magistrados a Palacio Nacional han añadido un nuevo capítulo a la tensa relación entre el gobierno y la oposición en México. Con la elección presidencial aún bajo escrutinio, las demandas de transparencia y justicia siguen siendo un tema central en el debate político, con implicaciones que podrían moldear el panorama electoral en los próximos años.