Con la confirmación por parte de las autoridades de la Guardia Costera de Estados Unidos de que los restos hallados en la zona cercana al naufragio del Titanic sí pertenecen al sumergible Titán, perdido desde el domingo, diversos antecedentes y reportes alarmantes sobre OceanGate y su dueño, Stockton Rush, han salido a la luz.
Dentro de estos, resalta el despido de David Lochridge de la empresa por exigir que se le hicieran pruebas al sumergible antes de lanzarlo a profundidades tan peligrosas, además de también poner una denuncia en su contra.
Ante esta situación, más de 30 oceanógrafos, exploradores y especialistas de la industria de submarinos, se lanzaron en contra de Rush por su insistente negativa para someter al Titán a las pruebas pertinentes por parte de empresas especializadas, lo que le permitiría certificar que el sumergible realmente podía operar a profundidades de 4,000 metros, las que buscaban alcanzar para ver los restos del Titanic.
En 2021, durante el primer viaje de exploración del Titán hacia la zona del naufragio del Titanic, ocurrió lo que se le advirtió a Rush. El submarino tuvo un problema con la batería y tuvo que conectarse manualmente a su plataforma elevadora.
Aún con todo esto, el empresario y piloto hizo declaraciones preocupantes durante el 2022, en una entrevista con la cadena CBS. Rush afirmó que múltiples piezas del Titán fueron adquiridas en tiendas de venta de accesorios para acampar, y que las cámaras instaladas en el navío eran comunes y corrientes, no especializadas.
Ante sus declaraciones, el entrevistador de CBS cuestionó si realmente consideraba que el proyecto era viable y no improvisado, a lo que Rush contestó: «Hemos trabajado con Boeing, la NASA y la Universidad de Washington (…) el compartimiento central no se destruirá por la presión sobre sobre los ocupantes (…) Los propulsores pueden dejar de funcionar, las luces se pueden apagar y todo lo demás puede fallar y todavía estarás a salvo”.
Rush continuó y aseguró que “la seguridad es puro desperdicio. Si solo quieres estar a salvo, no salgas de tu cama. No te subas a tu auto. No hagas nada”. Todas estas acciones y evasiones de responsabilidad, no solo pusieron en tela de juicio la reputación de Stockton Rush, sino que probablemente perdió la vida, y las de otras cuatro personas, por sus propias omisiones.
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Fue en 1980 cuando Stockton Rush ingresó a la Universidad de Princeton para estudiar ingeniería aeronáutica, mientras lo combinaba con los estudios de piloto comercial. Tan solo un año después, recibió su licencia para pilotar la aeronave DC8, lo que lo convirtió en el piloto más joven en recibir su permiso, por lo que también se permitió trabajar en una aerolínea del Medio Oriente.
Con su experiencia, logró formar parte del equipo de ingenieros que elaboraban las pruebas del F-15, la famosa aeronave de combate estadounidense en 1984, junto a McDonnell Douglas, quien fabrica partes para los aviones Boeing.
Para el año 2009, Rush tenía todas las herramientas y la experiencia para fundar OceanGate y en el 2012 participó en la adquisición de Teledyne, un proveedor de tecnología submarina.
A pesar de toda su experiencia, puede que el entusiasmo excesivo de Rush por la exploración y el descubrimiento de nuevas cosas, pero principalmente su negligencia, lo hayan encaminado a su muerte y la de cuatro personas más, pero eso ya lo dirán los últimos análisis de los restos del submarino, y si es que se encuentra algún resto humano.